Frases célebres

He visto por ahí una cita del Santo Padre:

@RefraneroTuits «El que dice que sabe, y no vive de lo que sabe, es que no sabe nada.»

— … (@k464n32) diciembre 22, 2013

(«El que dice que sabe, y no vive de lo que sabe, es que no sabe nada.»

o

«Quien dice que sabe, y no vive de lo que sabe, es que no sabe nada.)

Y yo añado:

«La naturaleza es muy sabia y pone a cada uno en su sitio.»

Y:

«Solo sé que no sé nada.«

Ésta última erróneamente atribuida a Sócrates.

Está escrito!

Historia de la propiedad

La noción de propiedad implica dos características básicas que no son aplicables al plano etéreo de las ideas: el antagonismo y la exclusividad.

La propiedad debe pertenecer a un solo dueño, ya sea un individuo o un colectivo, y la posesión por parte de uno impide la del otro, ya que no pueden tener dos personas a la vez el mismo objeto; esto es el antagonismo.

Por otro lado, la exclusividad implica que el objeto físico puede ser “protegido” del resto, aislado, de manera que puedes guardarlo fuera del alcance de otros individuos.

Fragmentos de Epicteto

Para la escuela estoica (Stoa Poikile) el mundo está regido por un logos superior que lo ordena todo [«todo ocurre por algo»].

Su filosofía se centra en como encajar en esta realidad, dado que supone que el ser humano es el único que puede usar su «razón» (de la que carecen el resto de seres) para vislumbrar el logos e intentar comprenderlo. De esta manera, el sabio se caracteriza por reconocer que el mundo es racional e intentar «acomodar» su voluntad a la voluntad del logos. Vivir y obrar conforme a la razón y la naturaleza.

La moral estoica consiste en renunciar a toda pretensión exterior, que no depende de nosotros. Solo somos responsables de nuestro albedrío.

Conclusiones a la parrilla

La madrugada del lunes 21 de octubre de 2013, tuvo lugar un apasionado debate en el cual participé. Dado el carácter reservado de la reunión no puedo desvelar demasiado, pero mi contertulio y yo llegamos finalmente a una conclusión:

¡El individuo existe!

Así pues, difundid la buena nueva.

Salute!

Una visión de libertad (aristocrática)

Últimamente estoy de lector compulsivo, le doy a todo lo que pillo: novelas, filosofía, infantiles o vidas de santos. Una de estas novelas es «Los gozos y las sombras» (Gonzalo Torrente Ballester, 1957-1962), compuesta por tres partes: I El señor llega, II Donde da la vuelta el aire, III La Pascua triste.

Trata sobre un pueblo gallego, Pueblanueva del Conde, en los finales de la II República donde regresa Carlos Deza y se ve implicado en las guerras entre los Churruchaos (antiguos señores feudales) y el cacique industrial y «amo» actual del pueblo (Cayetano Salgado).