elecciones 20N (tarde…)

Mariano Rajoy se frota las manos.

Habemus praesidis*. Bueno, habetis praesidis*. O mejor: habent praesidis*.

La cuestión es que hay un nuevo presidente por ahí, y sea propio o extraño, se supone que lo elegimos entre todxs, ya que todxs estamos de acuerdo en que «la democracia es el menos malo de los sistemas políticos«. O eso parece, ya que incluso entre ciertos sectores resurge el viejo lema «si no votas no puedes quejarte«, invitándonos a votar ni que sea en blanco, nulo o a «minoritarios«.

Por esto, no está de más recordar que votar no es un deber, ni siquiera una elección coherente, si se pretende oponerse al sistema.

(Intervención de Antonio García-Trevijano en algún programa de TVE anterior a 1.990 -por la ausencia de mosca.)

No estoy de acuerdo con todo lo que dice este señor, pero no es necesario. Puedes estar en contra de las elecciones porque creas que nadie debe representarte, porque los veas a todxs iguales, por estar en contra del reparto de escaños (en España se usa el «método d’Hont» y las circunscripciones provinciales, sistema criticado por su poca proporcionalidad y por favorecer a los partidos mayoritarios) o por lo que fuere. En cualquier caso es una opción a contemplar y no es cierto que votar una vez cada cuatro años -más o menos- implique una mayor consciencia social que no hacerlo, incluso cuando hablamos de «abstención pasiva». Peor me parece el «voto pasivo», gente que vota por votar o en base al marketing electoral de tal o cual.

Si votas, no te quejes. Si te quejas, no votes.

* Aviso: no tengo ni idea de latín.

*** Enlace a vídeo reparado.

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