Habemus praesidis*. Bueno, habetis praesidis*. O mejor: habent praesidis*.
La cuestión es que hay un nuevo presidente por ahí, y sea propio o extraño, se supone que lo elegimos entre todxs, ya que todxs estamos de acuerdo en que «la democracia es el menos malo de los sistemas políticos«. O eso parece, ya que incluso entre ciertos sectores resurge el viejo lema «si no votas no puedes quejarte«, invitándonos a votar ni que sea en blanco, nulo o a «minoritarios«.
Por esto, no está de más recordar que votar no es un deber, ni siquiera una elección coherente, si se pretende oponerse al sistema.
(Intervención de Antonio García-Trevijano en algún programa de TVE anterior a 1.990 -por la ausencia de mosca.)